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El team building como concepto moderno de organización de grupos de trabajo ha ganado espacio en las dinámicas actuales de tareas y logros.
Su popularidad no implica que organizar un grupo de trabajo sea una tarea sencilla. La labor de definir trabajos, aproximaciones y formas de proceder es delicada, sobre todo si se desea ser exitoso en el resultado.
Primero que todo, un equipo debe estar dividido en tareas específicas. Como líder u organizador se deben distribuir los roles según las habilidades o destrezas.
El trabajo en equipo refuerza la confianza en los pares, por lo que se deben asignar tareas acordes que funcionen en relación a otras.
Como organizador de estos eventos, deben planificarse las tareas o juegos a diferentes niveles (intelectual, físico, cognitivo, etcétera), de tal forma que cualquiera pueda ganar sintiéndose conforme a uno mismo.
Además, es de suma importancia asignar roles determinados que rompan con esquemas o estereotipos. Hacer que la gente se valga por sí misma y saque lo mejor de sí es el punto central de un team building.
Cada uno de los desafíos debe enfrentarse cómo equipo, un conjunto de habilidades puestas al servicio de la ayuda y el compromiso.
Independiente del resultado, las destrezas deben fortalecerse. El juego en equipo, la confianza en el otro y la pertenencia a un grupo que defina a los participantes tienen que estar siempre presentes.
Este es el fin último del team building, construir un equipo fuerte dentro y fuera del grupo de trabajo.
Debido a los negocios y el trabajo, muchas veces es complicado entablar relaciones amistosas con las personas, por eso aqui te dejamos algunos consejos para poder empatizar mejor con los amigos.